El 18 de agosto será la reinauguración de la estatua del Joe Arroyo en la plaza que lleva su nombre y de la que fue removida el año pasado por Aguas de Cartagena para realizar mantenimiento de alcantarillado en la zona.
De esa forma, la Alcaldía de Cartagena recuerda al “Centurión de la Noche”, creador del ‘Joe Son’ quien falleció ya hace 5 años. Desde niño tuvo la fantasía de ser un gran cantante, intérprete de la música y en su barrio Nariño, en las estribaciones del cerro de La Popa, usaba la lata donde vendía agua para producir sonidos al mismo tiempo que cantaba.
Su talento fue reconocido por músicos como Víctor ‘Wachy’ Meléndez, quienes lo llevaron a cantar desde los ocho años a los Night club de Cartagena ubicados en la zona de tolerancia denominada “Tesca”. Allí empezó a codearse con artistas de talla internacional quienes lo llevaron a la ciudad de Barraquilla donde empezó a ser cantante de orquestas como “La Protesta”.
Con Fruko puso en alto la salsa de Colombia. Funda su orquesta “La Verdad”, mezcla diferentes ritmos como la cumbia, porro, chandé, bullerengue, chalupa, son cubano, reggae y otros, para crear su propia música: el ‘Joe Son’.
Una de las particularidades del Joe Arroyo fue la utilización de sonidos onomatopéyicos, conocido como la jitanjáfora, inventando palabras que eran muy musicales.
“Destacar al Joe Arroyo como un importante embajador de la cultura de Cartagena en su expresión musical, dancística. Nos puso a gozar y a disfrutar desde el talento y su creatividad. Cada canción es un homenaje a la cultura afrodescendiente. Hoy, cinco años después de su muerte, no solo elevamos una oración por su ser, sino que también creemos que la mejor manera de homenajearlo será el próximo 18 de agosto que estaremos reinaugurando la estatua en honor a él muy cerca a la plaza, se convertirá en un motivo para que a través de un conversatorio, una exposición artística y un show musical alrededor de la vida del Joe Arroyo, todos los cartageneros podamos conmemorarlo”, dijo la directora del IPCC Berta Arnedo.
