Resonante triunfo de Castella en Manizales

El diestro francés Sebastián Castella obtuvo un resonante triunfo en la Feria de Manizales al indultar un toro de la ganadería de Ernesto Gutiérrez, tras memorable faena llena de arte y temple.
Mientras Castella disfrutó las mieles de la victoria, la tragedia la vivió el novillero colombiano Juan Virato, quien fue embestido por el toro de su alternativa que le causó la fractura de dos vértebras.
El reporte del periodista Alberto Lopera para el portal mundotoro.com es este:
“Bajo pertinaz lluvia durante casi toda la tarde se realizó la tercera corrida de la feria con aparente lleno en los tendidos multicolores, por los ‘chubasqueros’ que protegieron del agua y del frío a los doce mil aficionados que sin inmutarse aguantaron impávidos las inclemencias del tiempo.
Tarde de gloria y tragedia, así es la Fiesta. Se sortearon seis toros de Ernesto Gutiérrez para Sebastián Castella, Roca Rey y la alternativa del novillero Juan Viriato, quien lleno de ilusiones recibió al primer toro de nombre “Milpero” con apretado lance de capa resultando pavorosamente volteado e inconsciente, llevado a la enfermería, de donde fue remitido por los médicos a la clínica para estudio radiológico donde le apreciaron fracturas en las dos primeras vértebras cervicales. Esta tragedia inicial enmudeció la plaza hasta cuando Sebastián Castella tomó el mando y ejecutó una faena muy completa a este buen toro, bravo, de embestidas continuas y con temple, al que finiquitó de estocada efectiva, paseando la primera oreja.
Pasada la tragedia, la corrida quedó en un mano a mano, desatándose la lluvia que no paró hasta el final. Un toro muy serio correspondió a Roca Rey en primer turno, al torearlo muy ceñido con el capote fue prendido de forma espeluznante, volviendo a la plaza la sombra trágica. Un puntazo sangrante en la pantorrilla izquierda no le privó de entregarse en forma valiente ante un toro tardo y reservón, al que mató de pinchazo y estocada, pasando por su propio andar, cojeando hasta la enfermería de donde salió para matar sus otros dos toros que lamentablemente muy poco le colaboraron, se llevó la parte amarga del encaste, sabiendo sortear con valor, entrega y dominio todas las complicaciones que le presentaron.
La gloria fue para Sebastián Castella con el más importante toro del encierro: “Millonario” # 16 con 504 kilos. Un toro de bandera, en el clásico tipo de esta ganadería que produce auténticas máquinas de embestir. El torero francés lo entendió desde el inicio en preciosos lances, cadenciosos que elevaron la temperatura. Con la muleta pasaron de ochenta los pases, ligados por ambos pitones, recreándose para darle tiempos al noble oponente que, en los medios no paró nunca de embestir. Los olés ensordecedores acompañados de la música pronto fueron cambiados por la unánime petición de…Indulto…Indulto…Indulto! Concedido prontamente. Las dos orejas simbólicas y la corona de cafeto fueron los premios paseados triunfalmente en medio de la lluvia”.