El nuevo gabinete – Análisis de John Zamora

Por John Zamora (Director Revista Zetta).- El Sergio Londoño II es distinto del Sergio Londoño I por obvias razones. El primero llegaba a apagar un incendio, como el pitcher que viene a lanzarle a un jonronero. Le saca el out y regresa al camerino. Así pasó, pues era latente que la “tutelatón” de Manolo podría regresarle al cargo en cualquier momento, como en efecto sucedió. Por eso, Londoño no tocó el equipo de trabajo, sino que con un asesor y su abnegada hermana, se valió para sacar adelante una decorosa encargaduría.

En este segundo partido viene como relevo largo. Será hasta que termine la sanción de tres meses a Manolo, con su nada descartable prórroga, inclusive. Y digo “nada descartable” porque Manolo está en una situación de “capitis deminutio” frente al Procurador, el Consejo de la Judicatura y la Presidencia de la República, lo que hace presumir que la prórroga de su separación por tres meses más, va.

Así las cosas, Londoño tiene un presupuesto de cinco meses para gobernar, lo que hace lógico que revise el equipo y haga cambios.

¿Significa el desmonte de Primero la Gente? Tal vez. Londoño debe “revolver el dominó” y hacer los cambios que Manolo no pudo o no quiso hacer en áreas que definitivamente nunca despegaron, o que ameritan un pellizco. Y tiene que hacerlo rápido. Recordemos que Manolo se demoró seis meses para cambiar a la renunciada Secretaria de Participación. Las crisis se provocan para resolverlas pronto.

La velocidad parece ser un problema típico de Primero la Gente. Aún no hay luz sobre la terna que debe presentar el movimiento. Unos son de la opinión que no hay afán puesto que cualquiera que sea la terna, será devuelta por el Presidente con el propósito de asegurar la permanencia de Londoño en el cargo.

El alcalde encargado ha demostrado que ni es iluso ni es ningún menso. Por el contrario, ha mostrado un afinado sentido de gobierno, acompañado de un discurso de unidad al que es muy difícil oponerse. ¿Quién no comparte la teoría del balde de cangrejos?

Nadie puede llamarse a engaños. Londoño no fue ni es militante de Primero la Gente sino un funcionario del gobierno Santos que viene a cumplir un encargo, y sea cual sea el tiempo del mismo, tiene un reto que nadie dice en voz alta pero que todos saben que es así: tiene que hacerlo mejor que Manolo.

Y para que eso sea así necesita un equipo capaz y confiable. Capaz para superar los índices actuales de gestión, y confiable para asegurar un margen de gobernabilidad. En esto de la confianza entran unas áreas inmediatas como las finanzas, la jurídica y la seguridad ciudadana, que son claves. Hasta el Protocolo, que deja mucho que desear…

Vuelve la pregunta: ¿Significa el desmonte de Primero la Gente? Tal vez. No puede cambiar el plan de desarrollo Primero la Gente, que es un acuerdo distrital y está obligado a cumplirlo, pero eso puede terminar siendo un postulado técnico aunque no político. El verdadero norte político es el que ha venido esbozando en sus contadas pero asesadas intervenciones de su posesión y del discurso de clausura del Concejo Distrital.

Aunque el discurso de los megaproyectos como la defensa costera, o el noble bosque de paz de la Popa, son políticamente correctos, el verdadero talante gubernativo de Londoño se verá en las decisiones que deba tomar –y para eso necesita gabinete- en materia de seguridad, movilidad, parrilleros, y asuntos administrativos. ¿Podrá reducir a la mitad las famosas OPS, como lo dijo en Consejo de Gobierno?

Lo que si se puede anticipar es que tendrá un Concejo Distrital con el viento a favor. No creo que ningún concejal se abra en disidencia o entre en oposición a sabiendas del sólido respaldo que tiene Londoño, comenzando por el presidente Santos. Además, tiene el mismo “compás de espera” que se le concede a todo el que comienza a mandar. Como si fuera poco, tiene la misma excusa de todo nuevo alcalde: los chicharrones son heredados y tiene que poner la casa en orden.

Sergio Londoño no mamará gallo y en menos de una semana veremos nuevas caras. Preparémonos para las ceremonias de posesión. Y les dejo la pregunta por tercera vez: ¿Es este el desmonte de Primero la Gente? Eso amerita otro análisis.