Pedaleándole a la pobreza – Opinión de Luis Adolfo Payares

La Historia del «Luca», el bicitaxista que quiere ser profesional.

Opinión de Luis Adolfo Payares.- (Especial para Revista Zetta).- Eran como las 9:30 de la mañana la zona del barrio Olaya sector Ricaurte y sus sectores aledaños, concurre un mar de bicitaxistas que tratan de pedalear para llevar algo para sus casas, en medio de ese mar espeso y el sol asesino de la mañana, con olor a paila incandescente, aparece un muchacho delgado que emrge dentro de una bicicleta con un aditamento diseñado para que vayan máximo dos personas detrás. El popular «luca» se gana la vida empujando con sus piernas famélicas una de estas bicicletas convertidas en coches con la única tracción que sus extremidades inferiores. Amilkar Cespedes Arnedo, su verdadero nombre emerge de uno de estos aparatos, arropados con plásticos que lo convierten en una apología al efecto invernadero, el calor que disipan es tan fuerte que la cabeza del «luca» la tenía tan roja que parecía un fosforo de tienda. Me llamó la atención porque dentro de su bicicleta tenía un afiche que decía: YO QUIERO SER PROFESIONAL, en letras tan grandes que parecían una motivación dentro de su vida llena de pedalazos.

El «Luca» me veía fijamente, callado, mientras yo disertaba a sus compañeros la actividad que debía realizar para que cada uno de ellos tuviera un afiche, del mismo tamaño de la parte de atrás de sus vehículos. Cuando terminé se me acercó y me dice:

– Patrón,  ¿cómo está?… Patrón yo quiero estudiar..- me llamó tanto la atención que después de empadronar a mas de 130 bicitaxistas en estos últimos días, fue al único que le escuché semejante actitud.

Le respondí: – Primero que todo no me digas patrón, yo no soy tu patrón, solo soy una persona que los quiero contratar para algo, así que no me digas así…llámame lucho, y seguí – Tu a nadie deberías llamar «patrón», ni «doctor», pareciera que te sintieras sometido y con una esperanza fallida..- Pareciera una trivialidad, pero este tema es espacio para otra nota, por lo tanto sigamos con el «Luca».

El jóven «Luca» me contó su historia: Bachiller de un colegio público, después de concluir su bachillerato se fue para donde su papá a la ciudad de barranquilla, donde trabajó en el mercado, atendiendo una colmena que administraba su progenitor. Al preguntarle porqué se vino, su rostro cambió: – Vea sr Lucho, yo me vine de «killa», se la voy a «tirar plena ya..», con algo de nerviosismo en su voz siguió: Me tuve que venir de «killa» porque le metí unas «puñalas» a un man que estaba abusando de mi hermana, eso fue en el año 2015, tenía 20 años, el man murió..pero eso fue en defensa propia ya..porque a mi me dio «cola» que el hijode puta, estaba abusando a mi hermana de 12 años, al man lo «lavé» pa que sea serio..pero cogió «piso» y me tuve que venir, hay proceso en la fiscalía pero el abogado está alegando y que legitima defensa y por eso me vine para acá, estoy «asaroso» todo el tiempo, y este trabajo es duro, sr lucho y yo quiero salir adelante…IMaginese que yo tengo que entregar diario 10 mil pesos, a veces no cumplo con la cuota y me toca rebuscarme con lo que sea, empecé a estudiar en el SENA, con la ayuda de un político que viene por aquí, pero el man no se que pasó, le di 100 mil pesos y que para los derechos y dejó el «pelero». Las palabras del «Luca», me daban a relucir la historia de aprovechamiento que han sufrido los débiles de esta ciudad, donde esa gran población sometida y ultrajada durante años se repite cada cierto tiempo, como un círculo vicioso que no termina.

Jóvenes como el «Luca» hay muchos en Cartagena, que la vida los ha maltratado y lo peor también es que aquellos con una posición de dominio, en vez de ayudarlos, los han ultrajado. Eso es lo que tiene a nuestra querida ciudad, con una pobreza de más s del 70%, donde el pan de cada día se consigue no solo a pedalazos.

El luca me siguó contando sus sueños y sus ambiciones, de tener un SAI, de traerse a su mamá de Venezuela, a quien le manda religiosamente el 70% de lo que gana mensualmente. De querer estudiar contaduría pública, y de ser un hombre de bien. – Al final me dijo: – Sr Lucho le aseguro que dentro de un año ud viene por aquí yo estaré estudiando y este cartel que cuelga en mi «coche», lo voy a enmarcar porque yo seré UN PROFESIONAL.