Felices rumbo al cadalso – Opinión de Alvaro Royo desde Xiamen

Por Álvaro Royo (Especial para Revista Zetta).- (Xiamen – China).-Por allá por el año 1958 el escrito francés Noel Calef escribió una novela que se llama “Ascensor para el cadalso”, en esta trata sobre el supuesto crimen perfecto donde los amantes Florence y Julien Taverneir planean asesinar al esposo adinerado de esta, que a la vez es el jefe de Julien; esta obra es prácticamente una oda a la mala suerte o a los designios del azar donde todas las cosas terminan saliendo mal por una serie de infortunios imprevistos y las cosas llegan  hasta un punto en que todo parece irónico.

También se imagina uno esas escenas descritas de la edad media cuando los condenados caminaban tristes, destruidos y llorando su desgracia sabiendo que en poco tiempo serían, colgados o degollados, escenas de tristeza y dolor por saber que te van a pasar al papayo, que te van a joder.

Todo te lo puedes imaginar, todo, menos una escena donde los condenados cantan bailan, gritan de alegría y le hacen vivas al futuro verdugo en su camino al cadalso, saben que están condenados pero no caben de la alegría.

Le canta Poncho Zuleta, le tira versos a su verdugo Pipe Peláez, y le hace conciertos gratis Beto Zabaleta; es innumerable la lista de condenados, se cuentan por millones que gritan a rabiar y se ponen gorras y suéteres de sus verdugos, lo saben, pero ignoran las señales, los conocen pero miran para otro lado, saben que son los mismos pero se mienten y piensan que son otros, es una histeria colectiva donde la verdad no es aceptada y torcer la realidad es lo más correcto.

Esta novela no la escribió Noel Calef pero es perfecta para ilustrar una de sus novelas, todo lo que está sucediendo está pasando por el azar o por infortunios imprevistos pero parece irónico todo, como para reírse si no fuera tan trágico.

Y estoy hablando de los dos punteros de las encuestas de las presidenciales de Colombia porque para que carajos voy a hablar de Jorge Jaramillo si no marca en las encuestas, pero esto de tener que escoger entre Iván Duque y Gustavo Petro es como tener que escoger entre un infarto fulminante o un derramen cerebral, irónico y trágico al mismo tiempo.

Gustavo Petro, que demostró ser un desastre en la Alcaldía de Bogotá, y a los que dicen que no es corrupto, porque si no lo fuera se le perdonara lo de mal administrador, pero la mayoría de los contratos en su administración o eran fraccionados o se entregaban a dedo saltándose todos los requisitos legales de ley, hay bastante documentación de las porquerías que hizo en su administración que para que hacer la lista aquí, pero sus condenados, los que votaran por él, creen que todo es mentira y que son inventos del imperialismo yanqui y la oligarquía de Colombia, ignoran la realidad y eso trae sus consecuencias.

Y los otros condenados del lado de Iván Duque que ignoran que va montado sobre los hombros de Andrés Pastrana, Álvaro Uribe, el ex recontra corrupto procurador Alejandro Ordoñez y toda la podredumbre política que ha gobernado durante los últimos 15 o 20 años, todos los que han saqueado los dineros públicos y han convertido los presupuestos de las entidades del gobierno en sus negocios particulares. Eso se llama ceguera, y si no es ceguera es ya un nivel de idiotez crónica que merecería por lo menos una visita a un especialista, un especialista en historia reciente de Colombia que le cuente y le haga entender que esa opción no es más que la misma podredumbre de siempre en un empaque nuevo y perfumado.

Porque los apoyos políticos no son gratis, porque los gastos que están haciendo estas dos campañas son exorbitantes y eso no es gratis tampoco, pero eso lo saben, pero lo ignoran, y caen, y vuelven a caer engañados nuevamente.

Circula por allí también un video en redes sociales de Luis Carlos Galán de los años 80 donde ya alertaba de las mismas campañas corruptas con disfraces diferentes los mismos bandidos pero con diferente capucha, hace más de 30 años y esa práctica ya era común, y 30 años después la siguen aplicando y les sigue funcionando, pero aquí es donde viene la parte más trágica, esos que saben que la campaña de Duque son los mismos de siempre, están mostrando su cabreo con el voto por Gustavo Petro y allí es donde uno dice que lo han tenido que hacer tan mal los políticos para que una opción tan evidentemente desconfiable como la de la Colombia Humana sea considerada una opción de protesta contra el establecimiento, por lo menos, y los tratan de ignorantes, si, ahora resulta que los que votan por Petro son ignorantes, pero no eran ignorantes cuando votaron en el pasado masivamente por ellos, por los disfrazados, cuando le sirvieron a ellos  una y otra vez.

Ese voto por Petro de “los ignorantes” es un voto de rabia, odio de ganas de joder a esos que se van cambiando el traje y el disfraz cada 4 años, es el voto de los que se dieron cuenta ya.

Y el voto por Iván Duque es el voto de los que no se consideran ignorantes pero que aún no se han enterado que les volvieron a cambiar el disfraz.

Ambos grupos de condenados van rumbo al cadalso, cantando felices, gritándole vivas a sus verdugos, recitándoles poemas, ignorando las señales de lado y lado, ceguera total, idiotez crónica, pero algo muy, muy importante, felices al fin y al cabo. Y la felicidad es lo que cuenta.

 

¡Un abrazo!

Alvaro Royo

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