Bendición y fortuna – Opinión de Juan Camilo Romero

Por Juan Camilo Romero (Especial para Revista Zetta).-Cartagena vuelve a estar en la mira de los medios de comunicación nacional e internacional. Este fin de semana tuvimos la bendición al inaugurar el viaducto del gran manglar, el cual fue culminado y entregado antes de cumplirse los términos contractuales. Contamos también con la fortuna de inaugurar el centro de gastronomía y hotelería del SENA ubicado en la plaza de la aduana, donde el Presidente Santos vergonzosamente ha enviado en los últimos siete años a catorce Alcaldes encargados, varios de ellos, como señala el portal La Silla Vacía en un artículo reciente, fueron amigos o aliados de los grupos políticos que lo acompañado a rajatabla desde hace años y con quienes constantemente comparte sancochos y parrandas.

Estoy cansado que Cartagena sea utilizada para desviar la atención de asuntos nacionales de gran envergadura y que además sea siempre de la misma manera, con noticias o historias llenas de morbo y escándalos sexuales asociados a menores.

El Fiscal espectacular que tenemos, anunció con bombos y platillos la captura de personas que venían induciendo a niñas menores de edad y a mujeres a la prostitución, se desmanteló una red nacional e internacional de prostitución mezclada con microtráfico, trata de personas y acceso carnal violento a niñas, quienes además eran vendidas, ultrajadas y marcadas cual ganado bovino por un agente del estado.

Celebro estos hechos, nuestra ciudad está nadando en prostitución y drogas gracias al mar de la desidia administrativa y la falta en la enseñanza de valores en casa. Sólo tengo la reserva que esto que es tan delicado y tantas victimas ha dejado, no sea un show más de los cuales nos tiene acostumbrado el fiscal, ojalá que los representantes del ente acusador tengan todos los elementos materiales probatorios suficientes para sustentar todas las peticiones ante los jueces de control de garantías y de conocimiento.

Estamos en el caribe y somos expertos en celebrar nuestras tragedias, la cloaca de las redes sociales ha estallado en imágenes burlescas sobre la situación, cabe resaltar que son estas mismas redes las que sirven de vitrina para aquellas mujeres que tienen la bendición de tener buena apariencia física y la fortuna de saber explotarla comercialmente, obviamente dando gracias a la divinidad por las bendiciones recibidas, traducidas en viajes, paseos, cirugías estéticas, ropa de diseñador, perfumes y rumbas en casas y hoteles de lujo, entre otras cosas.

Mas allá de lo risible que a veces resulta el tema, hay que ampliar el espectro y revisar la situación de manera mas objetiva, la cultura del dinero fácil, la exclusión y el clasismo rampante del corralito son condimentos perfectos para el caldo de cultivo donde crecen las “Madams” y quienes quieran acompañar el paseo.

Más que la intervención administrativa y policial, debemos atacar las circunstancias que hacen posible que este flagelo siga acabando con la vida de nuestras jóvenes, eso pasa por la formación familiar que es el primer control, el respeto al libre desarrollo de la personalidad y el buen ejercicio de este derecho no nos crearía más problemas.

Cartagena que tiene la fortuna de ser una ciudad de puertas abiertas y la bendición de contar con gente de buen corazón, tiene una bomba a punto de estallar, basta con mirar la legión de jóvenes en los semáforos de los extramuros, quienes ofrecen servicios de limpiavidrios y dulces de menta, vestidas de manera insinuante y dispuestas a vender su cuerpo para resolver el día, están aquí debido a la crisis humanitaria de la hermana República de Venezuela, una bomba social a punto de estallar.

Insisto en que ojalá las acciones de la Fiscalía, Alcaldía y Policía no ataquen solo las consecuencias sino también las circunstancias que las hacen posible, y, además esto no sea producto de la llamada caja china que consiste en echar a andar noticias que desvíen la atención de la opinión pública y ocultar que tenemos al político más poderoso de Colombia ad portas del presidio.

Cartagena, bendecida y afortunada, Dios bendiga a la Fantastica, cuide al corralito de piedra y proteja a la heroica.

Adenda: He sido admirador del gobierno de Juan Manuel Santos y le agradezco lo que ha hecho por dejar las bases de un país en Paz, pero no puedo ocultar que me causa rabia su acomodada vergüenza por haber contribuido de manera directa o indirecta a la crisis de gobernabilidad que sufre nuestra ciudad.