Festival estudiantil «Jorge García Usta» – Opinión de Ana Cecilia Arnedo

Este viernes está previsto el Festival Estudiantil «Jorge García Usta», en memoria del periodista que contribuyó a la revitalización de las Fiestas de Independencia. Participan las instituciones educativas oficiales del Distrito. La docente Ana Cecilia Arnedo, de la Unidad de Calidad Educativa de la Secretaría de Educación Distrital, sienta en este escrito los pilares conceptuales de esta celebración.

 

PROYECTO FESTIVAL ESTUDIANTIL JORGE GARCÍA USTA

Autora:Ana Cecilia Arnedo

Descripción del proyecto

Desde el 2005, la Secretaría de Educación Distrital y las IEO lideran procesos curriculares y administrativos que cada año se evidencian en la agenda de la respectiva celebración. A partir de 2008, el Comité por la Revitalización de las Fiestas de Independencia articulado con el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena emprendieron el camino para la postulación de la Fiesta como Patrimonio Inmaterial de la Nación; el pasado 27 de julio de 2017, el Consejo Nacional de Patrimonio avaló satisfactoriamente este proceso. Ahora bien, para que la manifestación reciba la declaratoria como patrimonio inmaterial de Nación es necesario la construcción del Plan Especial de Salvaguardia, el cual es un acuerdo social y administrativo que garantiza la sostenibilidad financiera y de la salvaguardia de dicha manifestación.

En el marco de este proceso, me interesa aportar un insumo académico que discuta la experiencia del Festival Estudiantil Jorge García Usta y permita fundamentarlo asociado a estrategias de salvaguardia de patrimonio inmaterial, identidad cultural, derecho a participar en la vida cultural.

En esta escena de contradicciones asociadas a la exclusión y marginalización que caracteriza las dinámicas sociales, económicas y culturales de la ciudad, la fiesta del 11 de noviembre o fiestas de la Independencia de Cartagena, como manifestación cultural empezó a perder el sentido. En el marco de este diagnóstico apareció en el 1988, el Cabildo de Getsemaní como apuesta de revitalización de las mismas. Y posteriormente, en 2003 aparece el proceso de Revitalización de las Fiestas de Independencia, el cual está integrado entre otros actores por el sector educativo oficial de la ciudad, que desde sus diferentes roles han concertado en la ciudad apuestas para el fortalecimiento de la tradición festiva del 11 de noviembre.

De modo que hablar de las Fiestas de Independencia como patrimonio puede ser una forma de reconstruir el deteriorado tejido social de la ciudad. De manera que esta oportunidad de política cultural en Cartagena, debe promover la formación de nuevos gestores culturales capaces de cartografiar tanto la producción de bienes y servicios culturales locales como agenciar desde la cultura transformaciones sociales que impacten la esfera pública (Vich, 2014). Dicho brevemente, que generen identidad cultural con participación ciudadana. Pensado así, “el patrimonio se convierte de esta forma no en un aspecto fósil de la cultura de una sociedad, sino efectivamente en un elemento dinámico que se construye y reconstruye permanentemente” (Zamora, 2011: p.107). Y ante todo, nos construye y nos reconstruye día a día, en la actualidad la escuela pública cartagenera agencia procesos asociados a la identidad festiva, en esta escena surge la pregunta acerca ¿de qué manera el festival estudiantil JGU ha contribuido en la generación de capacidades para los estudiantes cartageneros y para la gestión de la política educativa distrital frente a la salvaguardia de las fiestas de independencia como patrimonio cultural inmaterial de Colombia?

Fundamentación conceptual del proyecto

La fiesta es un hecho social que requiere, anotando a Clifford Geertz (1997), descripción densa para su comprensión, es decir, observar la fiesta como práctica y situarla en un contexto. La fiesta de independencia en Cartagena goza de significados asociados a un acervo fundacional, son la fiesta más importante y masiva, y después de las fiestas de La Candelaria, las más antigua (Ruz, 2015). Más allá de lo que las investigaciones historiográficas quieran señalar, la fiesta la hace la gente desde su cultura popular, una manifestación cultural patrimonial, independientemente de la inexistencia de una declaratoria formal. Según Gutiérrez (2000), desde la primera celebración de la gesta de Independencia en 1812,  y su posterior oficialización en 1846, unido a la celebración del Centenario en 1911, el ya celebrado Bicentenario de la Independencia, han habido expresiones simbólico-festivas, plurales y complejas de sello negro y abolengo popular, considerada de manera controvertida, menospreciada, mal comprendidas y excluidas por parte de unas elites locales y nacionales; ejemplo de ello los fandangos, la cumbia, comparsa de negros, entre otras expresiones.

Me permitiré conjeturar desde la perspectiva de estudios postcoloniales, en este sentido, asumo como válida la idea de que las experiencias coloniales no están en el pasado, sino que nos constituyen. De ser así, el racismo como aparato ideológico del colonialismo  (Fanon, 1965), genera diferencias coloniales que asignan valores de acuerdo a la ‘raza’, ubicando  las prácticas cotidianas y en este caso particular, las festivas; en ciertos espacios, propuestas además como referentes de civilización y otras, asignadas a las gentes de la periferia, subvaloradas como patéticas, jolgorios y con necesidades de disciplinamiento y concientización.

Dicho en otras palabras, de la misma manera que la diferencia colonial subalternizó formas de conocer y pensar, formas de producción, escrituras no alfabéticas, etc., también lo hizo con las prácticas de ocio y las formas de vida que las sustentaban (Tabares, 2012).  Y dada, nuestra herencia colonial, en Cartagena unos no negros, no populares subvaloran y trivializan la fiesta de independencia, hoy con la excusa que la ciudad anda mal para dedicarse a festejar.

El patrimonio simbólico festivo  de Cartagena se constituye en dimensión cultural. Según Geertz (1997), la cultura es una urdimbre de significados. Así, los procesos culturales que sostienen la fiesta de Independencia en la ciudad, requieren una mirada no estrictamente histórica, sino interpretativa que busque comprender los significados ahí inmersos.

En la actualidad las Fiestas de Independencia sufren un proceso de revitalización para constituirse como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación. Arizpe (2009), respecto al patrimonio cultural inmaterial plantea que son “una serie de prácticas perfomativas que se hacen visibles en el momento de la acción, pero que representan una serie de códigos aprendidos y compartidos […] es una práctica recursiva que produce nuevos significados” (p.8).

Sin lugar a dudas, la inclusión de las Fiestas de Independencia en la lista representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial del Ministerio de Cultura, comporta un desafío institucional y ciudadano: materializado en políticas culturales que operen como nuevos dispositivos para relacionarnos con la realidad, direccionadas para producir un disenso con las lógicas hegemónicas de poder (Vich, 2014), que en lo especifico, nos organizaron y nos produjeron nuestras fiestas. Asimismo, es importante resaltar la visión propuesta por García Canclini (1997) que expone que las “políticas culturales el conjunto de intervenciones realizadas por el Estado, las instituciones civiles y los grupos comunitarios organizados a fin de orientar el desarrollo simbólico, satisfacer las necesidades culturales de la población y obtener consenso para un tipo de orden o de transformación social” (p.26). De manera que, las Fiestas de Independencia deben ser la excusa para fomentar nuevas identidades, esto es, como sentimiento de pertenencia y elemento clave de una cultura (Grimson, 2010).

Para finalizar, quiero señalar esta idea: “siempre habitamos en cuentos porque los cuentos nos constituyen, nos producen”[1]; la opción de patrimonializar las Fiestas de Independencia es quizás un cuento inventado desde lugares de poder específicos –la academia por ejemplo-; admitamos que en el tiempo, este esfuerzo debe generarnos otros elementos que resinifiquen el dolor y el goce por lo propio.

Objetivos

General:Proponer el festival estudiantil JGU como estrategia de generación de capacidades para los estudiantes cartageneros y para la gestión de la política educativa distrital  frente a la salvaguardia de las fiestas de independencia como patrimonio cultural inmaterial de Colombia.

Específicos

  • Caracterizar el Festival JGU desde el enfoque de capacidades para el desarrollo y desde las representaciones sociales que produce en relación al desarrollo cultural de Cartagena.
  • Definir cómo el Festival JGU impactan en la identidad cultural festiva de los niños, niñas y adolescentes de la escuela pública de Cartagena.
  • Identificar los retos y desafíos del Festival JGU como estrategia de salvaguardia de las fiestas de independencia como patrimonio cultural inmaterial de la Nación.

El Festival Estudiantil Jorge García Usta, pensado desde el enfoque cultural para el desarrollo, debe contribuir en los niveles: individual, colectivo, organizativo e institucional a la generación de las siguientes capacidades básicas y culturales:

  • Capacidades básicas para el desarrollo asociadas al proyecto
 

Individuales

 

Capacidad 1: Vivir una vida humana de duración normal con integridad física.

Capacidad 2:Acceder a opciones y modos de vida que se aprecian positivamente de acuerdo con las propias razones para valorarlos.

Capacidad 3: Ser capaz de aprender e incorporar conocimientos nuevos y de ampliar la propia esfera personal (de agencia).

Capacidad 4:Disfrutar de una vida plena y creativa para formular objetivos, practicar creencias y expresar deseos (y su forma de alcanzarlos) en concordancia con la propia forma de vida, pero en un marco de respeto por la diversidad de modalidades posibles

Capacidad 5: Ser capaz de expresar sentimientos, opiniones, deseos, problemas, ideas, etc. de forma clara, y contar con los medios que permitan su difusión en la medida que sea necesaria. Conocer la lengua, los códigos y las formas que permiten el diálogo con otras personas y entidades.

Capacidad 6: Acceder a mecanismos confiables de expresión de la indignación, el desacuerdo, el dolor, con posibilidades de ofrecer acciones resolutorias y sin prejuicio de otras personas.

Capacidad 7:Acceder a la educación básica y a una información veraz, plural e integradora

Capacidad 8:Participar, de forma libre y en función de elecciones autónomas, en los ámbitos y acontecimientos de la vida individual o colectiva que considero importantes en diferentes espacios (cultural, político, social, religioso, educativo) y a diferentes niveles (experiencia individual, responsabilidad social).

Capacidad 9:Pertenecer a una colectividad o colectividades, elegidas libremente y en autonomía, sin ser discriminado, afines a las propias opciones y modelos de vida valorados positivamente.

Capacidad 10:Respetar la existencia humana y el medio natural en beneficio propio y de otros.

Capacidad 11:Relacionarse con otras personas y ser capaces de mantener vínculos afectivos no destructivos ni sujetos a la opresión, la violencia o el miedo

Capacidad 12:Disponer de un buen grado de aceptación social y libertad, independientemente del género, origen racial, edad u otros aspectos definitorios de la persona.

Capacidad 13:Alcanzar un equilibrio suficiente entre todos los funcionamientos básicos, que no vulnere a unos sobre otros.

 

Colectivas

 

Capacidad 1:Construir y mantener una estructura grupal o comunitaria que permita la expansión de las libertades de los individuos que la conforman y el respeto de los derechos humanos.

Capacidad 2:Disponer de condiciones contextuales, culturales, medioambientales que permitan la satisfacción de las necesidades básicas humanas colectivas para una existencia digna.

Capacidad 3:Definir diferentes roles y tareas entre los miembros de la comunidad, de forma no opresiva e incluyente, con respecto de los géneros, las edades, las creencias, las habilidades, etc. de cada persona.

Capacidad 4:Disponer de sistemas de producción comunitaria para la satisfacción y producción de los bienes y servicios que son necesarios para el bienestar.

Capacidad 5:Mantener un nivel de interacción para el diálogo sobre las situaciones que los miembros de la comunidad consideran importantes.

Capacidad 6:Respetar las diferentes modalidades de vida posibles y disfrutar de entornos de libertad que permitan a los miembros de la comunidad elegir entre diferentes opciones de vida buena y bien valorada.

Capacidad 7:Mantener un nivel suficiente de cohesión social y sentido de pertenencia de los individuos de la comunidad, así como de un mínimo acuerdo general sobre las opciones de desarrollo y los modelos de vida aceptables por los integrantes de la comunidad.

 

Institucionales

 

Capacidad 1:Garantizar constitucionalmente el respeto y la protección de los derechos humanos fundamentales o, cuando esto no sea posible, formular políticas tendientes a su garantía.

Capacidad 2:Transformar las demandas, situaciones y necesidades sociales en políticas y elaborar programas que permitan su aplicación de forma efectiva. Solventar las necesidades consideradas básicas o universales, que, si no son satisfechas, conducen a daños graves objetivos o a limitaciones fundamentales en las personas.

Capacidad 3:Garantizar la participación en la vida política y cultural de los agentes sociales, estableciendo mecanismos de diálogo y auditoría permanente por parte de la ciudadanía.

 

 

Organizativas

Capacidad 1: Construir organizaciones sociales para conseguir fines y objetivos colectivos beneficiosos para otras personas.

Capacidad 2: Contar con diferentes modalidades de agrupación y afiliación de individuos adaptadas a las necesidades de la población y las estructuras sociales y culturales.

Capacidad 3: Definir estrategias organizativas eficaces y adaptadas al contexto.

Capacidad 4: Identificar demandas sociales y diseñar respuestas colectivas satisfactorias que puedan complementar la acción pública.

Capacidad 5: Identificar potencialidades individuales y construir mecanismos para su potenciación e integración en los objetivos de la organización social.

Capacidad 6: Crear plataformas para la participación ciudadana en la toma de decisiones a diferentes niveles y en la interlocución con estructuras superiores a la comunitaria (gobiernos locales, nacionales o internacionales) que afecten a la vida de las personas.

Capacidad 7: Generar relaciones de confianza entre las organizaciones sociales y la ciudadanía, que permitan el reconocimiento mutuo y la complicidad con otras entidades como agentes de desarrollo, en un entorno de seguridad jurídica y ejercicio de los derechos fundamentales.

 

 

Capacidades culturales para el desarrollo asociadas al proyecto

Individuales

 

Capacidad 1: Ser capaz de escoger su propia identidad cultural y su comunidad cultural de referencia.

Capacidad 2: Participar plenamente en las diferentes dimensiones de la vida cultural de su contexto, desde el nivel más próximo al nivel más global.

Capacidad 3: Evitar la exclusión y la discriminación por la pertenencia a una comunidad cultural determinada o a sus prácticas culturales.

Capacidad 4: Ejercer la libertad de expresión, la sensibilidad, la creatividad y las tradiciones de la propia cultura.

Capacidad 5: Practicar y comunicar las manifestaciones de la expresividad y creatividad artística sin censura o limitación

Capacidad 6: Disponer de habilidades que permitan la práctica de las diferentes expresiones artísticas (como las habilidades manuales, de comunicación, de movimiento, etc.).

Capacidad 7: Conocer y valorar la propia herencia y memoria cultural.

Capacidad 8: Respetar la diversidad cultural.

Capacidad 9: Acceder a recursos y servicios para llevar a cabo actividades culturales.

Capacidad 10: Disfrutar de un entorno cultural no opresivo y respetuoso con los géneros, las edades y los derechos fundamentales.

Capacidad 11: Beneficiarse de las creaciones de otros individuos.

 

Colectivas

 

Capacidad 1: Participar en la vida cultural de la comunidad de referencia en libertad.

Capacidad 2: Proteger la herencia, el patrimonio y las expresiones culturales de la comunidad.

Capacidad 3: Influir en las decisiones políticas y administrar recursos que permitan la expansión de la cultura comunitaria y la protección de posibles vulneraciones.

Capacidad 4: Transmitir clara y suficientemente los aportes de la cultura de la comunidad, su memoria y los saberes históricos a las nuevas generaciones, de tal forma que pueda preservarse sin caer en el olvido.

Capacidad 5: Conocer y abrirse a otros lenguajes, expresiones culturales, manifestaciones artísticas, etc. que puedan enriquecer la vida cultural de la comunidad sin discriminación.

Capacidad 6: Valorar los aspectos constructivos de las prácticas culturales ancestrales y su relación con la realidad actual.

Capacidad 7: Adaptar la propia cultura a los cambios y avances de la humanidad que puedan suponer beneficios evidentes para la comunidad.

Institucionales

 

Capacidad 1: Valorar los aportes de las políticas culturales a las políticas de desarrollo.

Capacidad 2: Reconocer y promover la diversidad cultural y a los pueblos indígenas y afrodescendientes y culturas vulnerables.

Capacidad 3: Reconocer la igualdad de derechos entre todas las poblaciones culturales del territorio.

Capacidad 4: Disponer de mecanismos de promoción de la participación de la ciudadanía cultural en las estructuras de gobierno.

Capacidad 5: Retener y fortalecer el capital humano cultural.

Capacidad 6: Diseñar, planificar y gestionar políticas culturales democráticas al servicio de la ciudadanía.

Organizativas

Capacidad 1: Participar colectivamente en la vida cultural desde diferentes estructuras sociales.

Capacidad 2: Recibir, escuchar y comprender los diferentes grupos sociales y las demandas en el ámbito cultural.

Capacidad 3: Estructurar organizaciones culturales a diferentes niveles en función de las necesidades del contexto.

 

 

 

BIBLIOGRÁFICAS

Abello, A (2015). Prefacio. Del arte de prohibir, desterrar, discriminar: Cartagena y sus disimiles narrativas de desarrollo y pobreza. En: Abello, A & Flórez, F (Ed.) Los desterrados del paraíso. Raza, pobreza y cultura en Cartagena de Indias. Editorial Maremágnum. Pág. 21-54.

APL Cultural. Disponible en: https://www.apl-cultural.com

Arizpe, L (2009). El Patrimonio Inmaterial de México, Ritos y festividades. Pensar la cultura, México.

Bastenier, M (2015). Prologo. La ciudad que se traiciona a sí misma. En: Abello, A & Flórez, F (Ed.) Los desterrados del paraíso. Raza, pobreza y cultura en Cartagena de Indias. Editorial Maremágnum.

Fanon, Franz. 1965. “Raza y cultura”. En: Por la revolución africana. pp. 38-52. México: Fondo de Cultura Económica.

Geertz, Clifford. 1997. “Descripción densa”. La interpretación de las culturas. Barcelona: Gedisa Editorial.

Grimson, Alejandro. 2010. “Cultura, identidad: dos nociones distintas”. Social Identities. 16 (1): 63-79.

Gutiérrez, E (2000). Fiestas: 11 de noviembre en Cartagena de indias. Manifestaciones artísticas. Cultura popular 1910-130. Medellín: Lealón.

Ruz, G (2015). Fiestas de independencia: el tambor que no calla. En: Abello, A & Flórez, F (Ed.) Los desterrados del paraíso. Raza, pobreza y cultura en Cartagena de Indias. Editorial Maremágnum. Pág. 449-474.

Tabares, F (2012). Juegos populares y tradicionales, ocio y diferencia colonial, Revista  Polis. Disponible en: www.polis.revues.org/187

Vich, Víctor. (2014) “Introducción”. En: Desculturalizar la cultura. La gestión cultural como forma de acción política. pp. 13-21. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.

Zamora, E (2011). Sobre patrimonio y desarrollo. Aproximación al concepto de patrimonio cultural y su utilización en procesos de desarrollo territorial. Pasos Revista de Turismo y patrimonio cultural 9(1). Pág. 101-113. Disponible en: https://www.pasosonline.org/Publicados/9111/PS0111_09.pdf

 

[1]Frase emitida por el profesor Eduardo Retrepo en la sesión en que trabajamos a Stuart Hall. Sábado 07/10/2017.