¡Negocios malditos! – Opinión de Álvaro Royo desde Xiamen

Por Álvaro Royo (Especial para Revista Zetta).- (Xiamen – China).-Las empresas que producen armas, o tabaco, o alcohol, saben muy bien para que son, y las personas o empresa que compran estos productos saben muy bien que todos son para matar, o para matarse, no hay duda, no hay engaño, vas por tu cuenta y riesgo.

Cada día que pasa, con la ayuda de la ciencia, nutricionistas y gente interesada en lo que come el ciudadano común va quedando más en evidencia que, para las compañías de alimentos, no somos solo más que un número, y les da igual si morimos por las porquerías que nos venden como alimentos, lo único que les importa es facturar, y si nos joden en el camino realmente no les interesa.

Y sí que hay negocios malditos desde su misma esencia, desde su mismo origen; las armas, por ejemplo, las minas quiebra patas… no son malditos, son re-malditos, pero hay un detalle que cuando las fabrican está claro el fin, el objetivo, y cuando las compran los que las compran, también saben que son para eso, para matar, para hacer daño, y bueno, los desubicados, desadaptados (que son millones) que las hacen y que las adquieren lo saben.

Yo mirando el asunto lo resumo todo en un problema de educación, porque los países educados producen armas para que se maten o las compren los países sin educación, y los ciudadanos mal educados de esos países, los que las producen que tienen también ciudadanos mal educados, si no me creen miren quienes fabrican armas y para quien.

Y pasando nuevamente al tema del alcohol y del tabaco, que son malísimos para la salud pero que esta también clarísimo que quien lo produce y quien lo compra también saben para qué es y cuánto le va a afectar, aunque hay unas dudas filosas allí cortándome el cerebro y no alcanzo a dar con la respuesta, y es la siguiente ¿por qué el grueso de los recursos que produce la industria del tabaco y del alcohol va para financiar la salud? Es de risa, pero es así, crean un producto para destrozar a la gente y luego giran los recursos de las utilidades de su ruin negocio para reparar, en parte, los daños que causan con sus productos, son unos genios estos tipos.

Pero el tema de la industria de alimentos ya está en unos niveles de novela, de novela trágica y de muertos contándose por millones anualmente, porque no solo te preparan un producto que es una mierda sino que te lo presentan como bueno para tu salud, hay unos niveles de engaño en modo criminal, la chispa de la vida, con los cuales le causan daño a todas las personas, no tienen que ver con niños, jóvenes o adultos.

¿Tener que convencer a tus hijos que están totalmente convencidos que las hojuelas de maíz que venden los de Kellogg no son más que venenos repletos de azúcar que desde que lo prueban la primera vez quedan enganchados y adictos por los niveles crueles de azúcar que le meten? Y el bombardeo publicitario en todos los niveles es sin ningún tipo de vergüenza ni pudor.

¿O por qué Coca Cola no es la chispa de la vida sino nueve cucharadas de azúcar con una cantidad de químicos y cafeína que convierte a las personas en adictos y en consumidores de algo que les hará potenciales diabéticos y candidatos a fallecer por problemas relacionados con obesidad y presión alta a temprana edad? Y ni decir del anti vomitivo que le agregan porque el coctel es tan macabro que si no se lo adicionan al primer sorbo tu cuerpo lo devolvería.

¿Que los jugos de naranja y la perrería de la etiqueta que te dice 100% jugo de naranja no te cuenta que para que no se dañe el jugo y pueda soportar varios meses hasta su vencimiento son sometidos a altas temperaturas y procesos industriales que lo convierten en algo que es malísimo para la salud? ¿Además de las cantidades estúpidas de azúcar que le ponen para que te enganchen y tengas que seguirlo tomando?

La leche es otro de estos negocios criminales, ya que no solamente la cantidad de hormonas que le meten a la vaca para que produzca esta en cantidades industriales sino que por ser la molécula de la leche muy grande, para diseminarla y volverla más pequeña también someten el producto a altas temperaturas que lo convierten en algo nocivo para la salud, el proceso de pasteurización es eso, convertir el producto en duradero y presentable pero imbebible.

Lo que hacen con el arroz también es súper impresentable, despojan al grano cuando es integral de todos sus nutrientes convirtiéndolo en una caloría vacía que llenará estómagos sin ningún beneficio para quien lo consume, y no solamente eso sino que al consumir ese arroz blanco e inocuo garantizará que te darán picos de insulina que te harán adicto a él y querrás seguir comiendo más y más. Más ingresos para ellos pero mala salud, barriga protuberante y obesidad para ti.

Quería cerrar con lo del pan ya que hasta hay un dicho popular que dice “más bueno que un pan!, pues no, con el pan sucede lo mismo que con el arroz, despojan al trigo de sus nutrientes y lo dejan no solo sin ellos sino con algo que es muy dañino como es el gluten, y ya me dirán ustedes que no todos somos celiacos, pues no se necesita ser celiaco para que el gluten sea tu enemigo ya que este se adhiere a las paredes de tu intestino y no deja que este absorba los nutrientes que llevan tus otros alimentos, ahora, un pan hecho en tu casa y con harina 100% integral de vez en cuando no te va a hacer daño, el asunto es que nos convertimos en consumidores de pan industrial durante todo el día a toda hora, y el pan industrial no solo no tiene ningún tipo de nutrientes sino que está repleto de grasas trans, mantequilla industrial de mala calidad amen de azucares y sal en cantidades obscenas.

Thinking

Si caminas por un supermercado el listado de productos de negocios malditos es gigante, cuidado y 80% todo es porquería, se salvaran la sección de frutas y verduras pero con la cantidad de fertilizantes y pesticidas que usan en esa industria yo no estaría tan seguro.

 

Como siempre allí está mi email al pie de página para los que quieran escribirme sus opiniones acerca del tema y como mucho gusto les responderé,

¡Un abrazo!

Álvaro Royo Bárcenas

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