Pacto por la Equidad, pacto por Bolívar y Cartagena – Opinión de Carlos Féliz

Por Carlos Féliz Monsalve (Especial para Revista Zetta).- Con gran entusiasmo recibimos la aprobación de la hoja de ruta del Gobierno Nacional para el cuatrienio que inició el pasado 7 de agosto, cuando asumió las riendas del país el presidente Duque. Y es que para nosotros los colombianos es muy importante que se fije un norte desde la alta esfera del aparato ejecutivo, dado que no podemos permitir que se soporte el accionar de la administración sin una previa planificación.

Aplaudo la entrega con la que nuestros congresistas, en cumplimiento de su labor constitucional, escudriñaron los artículos del proyecto del Plan Nacional de Desarrollo (en adelante PND), a fin de dejar por fuera de su texto, gran parte de las disposiciones que de una u otra manera no favorecían el interés general. De igual forma es importante saber que nuestros parlamentarios no menguaron su labor, aun cuando la presión por el vencimiento de los plazos superiores (art. 341 C.Po.) para la aprobación del plan de inversión, se veían en el horizonte cercano, lo que facultaba al gobierno ponerlo en vigencia a través de un decreto con fuerza de ley.

En lo que respecta a nuestra Región Caribe, se dejó plasmado grandes cifras para la ejecución de megaproyectos destacables y pertinentes. En la carta de navegación se estableció una inversión en los próximos 4 años por un valor de $182,8 billones de pesos, lo que significa un aumento del 32,3 % con relación al anterior PND.

Bolívar como departamento importante de la región, y nuestra emblemática capital Cartagena, encuentran dentro de este pacto por la equidad, obras superlativas que de materializarse entregarían una gran cohesión social por el impacto que de forma trasversal generarían, además de ser urgidas de vieja data. La Protección Costera; la primera fase del Plan Maestro de Drenajes Pluviales; la construcción de obras de mitigación de inundaciones en los municipios bolivarense; navegabilidad del Canal del Dique; construcción, refacción y terminación de vías, corredores, puentes, entre otros, son algunas de las inversiones contempladas.

También, luego de caldeados debates, y gracias a la entereza, sentido de pertenencia y solidaridad, se consiguió un salvavidas financiero para Electricaribe (sobretasa de cuatro pesos por kilovatio al consumo de energía para los estratos 4, 5 y 6) propendiéndose por la garantía en la prestación del servicio, y las inversiones necesarias para la no suspensión del mismo por los malos manejos que el operador extranjero (Gas Natural Fenosa) de esta empresa dio mientras tuvo a su arbitrio el suministro del servicio público energético.

Lo anterior da cuenta que en nuestro país la cooperación de las regiones debe ser además de un principio fundamental, un criterio de optimización que remueva los obstáculos que impiden el desarrollo social y económico.Claro está que para hablar de disminución de las brechas socioeconómicas, lo primero que debemos hacer es entregar instrumentos de superación, para luego incentivar el emprendimiento que permita poner en marcha un camino de transformación social.

Por ello, jamás debe ser un óbice para lograr los cometidos sociales, la trillada limitación de los recursos públicos, así como tampoco debe ser una entelequia pretender que desde los diferentes gobiernos que componen este Estado, se trabaje en una misma frecuencia para conseguir la tan anhelada justicia distributiva. La consolidación de lo que se deja escrito dentro de ese articulado legal, no debe tornarse ineficaz si no se hallan los supuestos medios conducentes para su realización, pues el poder otorgado en el pacto social, no debe quedar deslegitimado por la simple inoperancia de quienes se jactan de impedir que el desarrollo se pose sobre nuestras regiones a expensas de las mismas excusas bien conocidas, ya que la acepción finalista de la función administrativa no es otra que gestionar en pro de la comunidad.

Por ningún motivo podemos entender que la equidad, traducida en la inclusión social y de oportunidades de crecimiento, se pueda lograr si nos privan o restan de lo que ya tenemos, aquí debemos aunar todos como integrantes de este territorio; la unidad nacional nos obliga a trabajar de forma simultanea para buscar soluciones de fondo.

Para apuntalar lo dicho, espero que lo estimado por el Gobierno Nacional sea coherente con su radio de acción e incluso sobrepase, y que el optimismo que hoy nos transmite lo redactado, de verdad cambie las vidas y el tejido de nuestra gente una vez finalice el periodo presidencial. La verdadera transformación social inicia con la entrega de calidad de vida al conglomerado. Soy un convencido en aportarle al pacto por Bolívar y Cartagena, donde el verbo rector de esta premisa sea transformary el resultado final sea el progreso de los bolivarenses.

 

CARLOS FELIZ MONSALVE