Burlarse y reírse – Opinión de Álvaro Royo desde Xiamen

Por Álvaro Royo (Especial para Revista Zetta).- (Xiamen – China).- Hay una diferencia gigante entre burlarse y reírse; reírse con alguien nos acerca, nos entroniza con la otra persona, conecta nuestras almas; burlarse de alguien, en cambio, ridiculiza, minimiza la conexión y nos aleja, se pierden puntos de confianza.

Siempre nos preguntan a los que vivimos fuera de Colombia, especialmente a los que estamos inmersos en culturas asiáticas que son bastante diferentes a las nuestras, y se queda uno siempre pensando cuáles son las partes en que más nos cuesta o nos queda más difícil adaptarnos, y si es cierto que en la comida o en las maneras de comportarnos pueden haber cosas que son tan diferentes como el color blanco y el negro, pero en lo que tiene que ver en la manera como nos acercamos y nos hacemos sentir de acuerdo con la manera como actuamos, y veo diferencias abismales que posiblemente puedan influir a un nivel macro, grande, que puede inclusive determinar nuestros avances como sociedad, en cómo funcionamos como país, en nuestros avances tecnológicos o en nuestros emprendimientos, porque seguro que debe ser muy duro tratar de sacar adelante una idea y saber que todo tu entorno puede no tomarte en serio, o puedes convertirte en motivo de chiste y burlas. Te la guardas y pues, pierdes impulso.

Por allá en los años 90 leía y veía en un periódico de Colombia el primer prototipo de lo que sería el primer carro colombiano hecho por industrias El Barco en Barranquilla. El inventor, con los escasos recursos que tenía, desarrolló un modelo que no era propiamente atractivo pero era una primera y buena intención; con todos los que alcazaba a comentar de esa noticia comenzaron a hacer comentarios destructivos comparando el carro con otras cosas con el fin de ridiculizarlo, no se percataban del esfuerzo y de lo que podría ser a futuro, no se tomaban la molestia de ver lo bueno si no a destacar lo malo, siempre tratando de hacer un chiste que ahora, luego de tantos años acá, los alcanzo a ver de muy mal gusto y de falta de consideración para el inventor y emprendedor.

¿Cuántos puestos de trabajo podría crear? ¿Cómo podría evolucionar? ¿Cómo podríamos apoyar? ¿Qué recursos se podrían aportar?

Y comparaba ese carro con todos los que salen acá en China casi que debajo de las piedras, marcas nuevas de emprendedores que sacan sus carros al mercado que no lucen muy bien pero luego año tras años vas viendo una evolución impresionante que se va convirtiendo en motivo de orgullo de los ciudadanos y de este país que se lo van apropiando.

Por allá en el año 2002 veía un carrito muy mal hecho y muy feo que andaba por las calles de acá, un carro pensado para clases menos pudientes, para presupuestos limitados. Ese vehículo es la marca Gelly, año tras año pude ver su evolución, y pasaron de construir cosas poco vistosas a producir modelos realmente lujosos y manteniendo también su línea popular; varios años después leía que Gelly era el único vehículo chino que había pasado las pruebas de estándares de calidad y seguridad para poder ser comercializado en la Unión Europea, y luego de poco años la Gelly compraba la marca Volvo, si esa misma empresa que produce los motores para los transbordadores espaciales, y ya ni les sigo contando por donde va el carrito feo que ya es de las marcas más vendidas a nivel mundial y de muy buena calidad.

Vivir en un entorno que nos ridiculiza, y se burla de nosotros, nos quita fuerzas y energía, nos reduce de emprendedores a gente del montón; hay muchísima gente que se ha convertido en profesionales de la crítica destructiva y ellos mismos aún no han construido nada, no son capaces porque toda su fuerza la emplean tratando de ridiculizar para no dejar surgir, porque en el fango en que se encuentran es que necesitan al otro.

Se borró la línea que divide los buenos modales, las buenas maneras y la burla, la chabacanería, el aplastar a quien nos rodea sin tener en cuenta o estudiar sus proyectos, su deseos es parte del día a día, lo que cuenta es destruir verbalmente, ridiculizar.

No sé qué paso con el carrito de industrias El Barco pero creo que no encontró el emprendedor gente a su alrededor que le haya dado un abrazo, le haya mirado a los ojos y le hubiera preguntado seriamente y con sinceridad ¿qué quieres hacer con esto? ¿Cómo podemos sacarlo adelante? ¿Qué necesitas, es bien interesante?

Digo esto porque no lo veo compitiendo de tú a tú con las marcas extrajeras de carros que viene a vendérnoslo a los que no somos capaces de hacer los nuestros, no lo veo en las calles rodando.

Y es una pena porque veo acá en China que las ideas se respetan, se escuchan seriamente, se promueven, se  mejoran. Casi que está muy mal visto burlarse de un emprendedor.

 

Thinking

Si Nicholas Tesla, Graham Bell, Jeff Bezos, Elon Musk o el mismo Steve Jobs hubieran nacido en Cartagena, estuvieran debajo del palito de caucho tomando tinto y fumando Mustang del rojo porque la comunidad burlona les hubiera quitado todas las ganas de emprender cualquier vaina.

Como siempre allí está mi email al pie de página para los que quieran escribirme sus opiniones acerca del tema y como mucho gusto les responderé

¡Un abrazo!

Álvaro Royo Bárcenas

enchina@gmail.com

www.alvaroroyo.com

0086-13559231344