Rateros honrados – Opinión de Juan Camilo Romero

Por Juan Camilo Romero (Especial para Revista Zetta).-  Rafael Escalona Martínez, quien fuera el primer cronista de la música vallenata, le puso melodía a los aconteceres diarios de la antigua región de Padilla. En uno de sus cantos relató lo ocurrido en el pueblo de Badillo, donde un ratero honrado se robó de la iglesia una hermosa custodia tipo colonial, la cual, al llevarse la original por una menos pesada quiso cambiar.

Lo mismo está ocurriendo en la región Caribe en la campaña electoral que estamos viviendo.

Resulta que por muchos años se han robado las esperanzas de nuestros pueblos, sumergiéndolos en el mar de la tristeza producto del desfalco continuo y sistemático del erario.

Entonces, encontramos candidatos que se presentan como opciones reales de cambio, personas bien intencionadas que buscan ser elegidos en las distintas corporaciones públicas y cargos unipersonales, librando verdaderas batallas contra quienes tienen a su haber el acompañamiento irrestricto de cuestionadas estructuras electoreras, las mismas que han pervertido el ejercicio democrático, creando un círculo vicioso donde el pobre no recibe la suficiente intervención del estado y le toca acercarse con una mano delante y otra detrás a recibir ayuda monetaria de quienes han pelechado los recursos que por ley les corresponde.

Con esta situación le dan cabida a la celebración del contrato de compraventa de votos, el cual se encuentra tipificado como delito en el Código Penal, pero es tanta la costumbre de esta práctica que muchas personas lo ven normal, e incluso la tienen como forma de vida y actividad económica.

El político que se roba los recursos del erario y luego compra votos con este mismo dinero, es tan perverso y despreciable como aquel que en sus intervenciones en plaza pública y en mensajes difundidos en redes sociales, invitan a las personas a recibir el dinero y votar por otros candidatos.

Nuestra región merece políticos que realmente estén comprometidos con el cambio en las formas de hacer política, nos merecemos que nuestro periodo electoral el debate se centre en ideas y planes de gobierno, no en la cantidad y el origen de los dineros que se gastan en la campaña.

Parafraseando la canción de Escalona, los rateros honrados son aquellos que se presentan como limpios, justos y buenos pero no invitan al ciudadano a ejercer el derecho al sufragio de manera consciente, ni pretenden ganarse con ideas el corazón y la voluntad de los electores sino que incitan a recibir dinero y votar por ellos, siendo que el momento en que la persona recibe el dinero se constituye en el mayor acto de degradación del ser humano, a tal punto que queda reducido a una cosa, puesto que lo único que se puede comprar o vender son las cosas, una persona, su conciencia, sueños y anhelos no se pueden comprar y vender.

Ya está bueno de esas personas que, según ellos, quieren que la situación política de nuestra región cambie, pero para ellos estar en el poder y terminar comportándose igual o peor que quienes han venido gobernando.

Cómo decía Álvaro Gómez Hurtado, no hay que cambiar a las personas, hay que cambiar el sistema.

Adenda 1: En Bolívar hay grandes nubarrones, se avecina una fuerte tormenta, esperemos que no caiga y si cae no demore mucho.

Adenda 2: Todo indica que Sucre se vestirá de rojo, buen viento y buena mar a los parientes sucreños.