Manolo y lo inesperado

Análisis de John Zamora.- Director de Revista Zetta.- En febrero pasado nadie, ni siquiera Manolo, sabía que iba a ser candidato a la Alcaldía, y en marzo pasó lo inesperado: habemus candidatus.

Y ahora que está “rankeado” como uno de los favoritos, sucede algo también inesperado: el rechazo de la Registraduría a sus firmas por insuficientes.

Aunque la campaña considera que “hay un error” y que la Registraduría debe rectificar, lo cierto es que de momento la candidatura está sepultada.

Rumores se conocían desde la semana pasada sobre una decisión que dejaría a Manuel Vicente fuera de la contienda, y eran explicables en razón del crecimiento de su nombre en las encuestas y el arraigo popular de su imagen.

El domingo pasado en la mañana, recibí una llamada de alguien muy metido de lleno en la política y me dijo que averiguara en la Registraduría porque lo de Manolo se iba a caer. Hoy me volvió a llamar y le dije: “Mago de Oz, qué come que adivina”. Tal cual.

Al margen de la suspicacia que genera la decisión, y con el dolor de ver frustrada esta aspiración tanto para Manolo, su familia y seguidores, es un hecho cierto, con consecuencias políticas muy duras.

Esa equis roja en la casilla de Primero la Gente en la página de la Registraduría es una estocada mortal. En lo jurídico lo deja fuera. Y así se resolviese –no se sabe si en un día o en un mes- en lo político queda muy maltrecho porque no hay certeza y nadie se embarca en un proyecto con este gran signo de interrogación.

A los aliados que se han venido sumando les quedan otras ocho opciones (siete candidatos y voto en blanco) para tomar camino. A los Manolistas puros les queda esperar una hipotética aunque lejana rectificación de la Registraduría.

Sin embargo, no se trata de un cierre y hasta luego. No. Manuel Vicente Duque es una realidad política de este momento y la decisión que tome de apoyar a otra candidatura tendrá peso y podría inclinar la balanza. Esa foto de Manolo alzándole el brazo a (espacio en blanco) vale un Potosí.

Dado que el favoritismo en las encuestas lo venía disputando con Quinto Guerra, y las acentuadas críticas mutuas de los últimos días, es poco probable que Manolo le alce el brazo al candidato de las Soluciones Serias.

Además, muchos dirigentes de la clase política estaban con Manolo solo por el hecho de no querer nada que oliera a Quinto, y seguirán buscando su contrapeso con tal de no verlo despachar desde el Palacio de la Aduana.

Así las cosas, lo que se frotan las manos son, en su orden, Andrés Betancourt, William García y Gina Benedetti. Esa foto con Manolo sería el envión que se necesita para derrotar a Quinto Guerra.

Por eso queda en el ambiente esta pregunta: ¿Qué tanto gana o qué tanto se complica Quinto con el retiro de Manolo?

Gana en la medida en que se quita a su más cercano rival, y a 40 días de las elecciones eso es mucha ventaja. Gana también Quinto en la medida en que el “manolismo” apenas estaba en formación y sin su líder en la contienda, es un enigma si sigue cohesionado o se atomiza. Pero se complica en la medida en que se haga efectivo un “endoso” de fuerzas de Manolo hacia otra candidatura.

Unos prontos canales de comunicación deben tender aquellas campañas que deseen capitalizar el favor de Manolo.

La Registraduría dejó a Manolo sin la opción de ser Alcalde, pero no le quitó la opción de incidir determinantemente en el resultado final. Y eso también es algo inesperado.