Aquarella: suspensión, negociación y demolición – Opinión del Álvaro Royo desde Xiamen

Por Álvaro Royo (Especial para Revista Zetta).- (Xiamen – China).- Si fuera por la existencia o no de una norma, en estos días todavía estuviera el barrio Chambacú con todos sus problemas en el sitio original y las casonas adosadas a las murallas. Proteger San Felipe es lo primero que hay que hacer, da igual el monto de la indemnización que haya que pagarle a Aquarella y a sus constructores, eso hay que pararlo en los próximos 5 minutos, cada día que pasa se cuenta en miles de millones en contra de Cartagena

El daño es mínimo aun

Pierde tiempo el alcalde buscando responsables, enviando cartas o dando declaraciones de cualquier tipo. La protección de San Felipe debe ser prioridad UNO A, y eso debe hacerse efectivo suspendiendo esa obra de inmediato. El constructor ha puesto el acelerador porque sabe que cada día que pasa juega a favor de él, entre más obra tengan hecha más difícil hará que lo detengan.

Historia

Parece que ha todos se nos olvidó cuando Cartagena tenía casa adosadas a las murallas y formaban parte del paisaje, esas que podemos ver en cualquier álbum de fotos de la Cartagena de principios y mediados del siglo 20, debe haber sido un lujo vivir en una casa de esas, ¡wooow!, y no debería ser menor la dicha de abrir la ventana de la sala de tu casa y este Castillo de San Felipe de portada de tu mejor visual, ¡qué maravilla! Pero para beneficiar a 540 familias le quieren joder la vida a todo Cartagena, hay un cabreo en toda la ciudad que pocos temas despiertan tanta pasión en estos días como este.

Abres la nevera y sale una foto del Castillo de San Felipe con el bendito tumor al lado.

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Tampoco hay que olvidar que los constructores le metieron una puñalada al corazón del Centro Histórico de Cartagena con el edificio Ganem, pero esos no eran los tiempos en que ya éramos Patrimonio Histórico de la Humanidad y tampoco teníamos claro que el centro histórico, las murallas y el castillo son nuestros mejores activos y que tienen un valor intangible que no vale la pena ponerse a comparar Aquarella con él.

Entonces ¿qué hacemos?

¡Venga Alcalde! ¡Primero pare esa vaina ya! y al día siguiente siéntese con los abogados de la constructora y determinen una hoja de ruta donde la demolición (cueste lo que cueste) debe ser el único punto a discutir, ya que no puede ser una opción continuar con ese proyecto que nos va a meter el dedo en el ojo hasta sangrar por todas las siguientes generaciones.

Estar echándose las culpas solo agrava las cosas porque cada minuto que pasa se cuenta en dinero y es dinero que hay que reembolsarles a ellos, a los constructores, por eso es de extrema urgencia suspender el proyecto de inmediato.

¿Estado de derecho?

El estado de derecho tampoco debe ser una excusa para no parar la obra porque esta de antemano viola los derechos de todos los cartageneros, poner en una balanza 540 Familias contra los poco más del millón de cartageneros no tiene por dónde compararse y una millonaria indemnización es nada comparado con el pedazo de caca que va a quedar allí instalado de por vida a la vista de todos.

¿Y la norma?

Si la licencia es anterior a la norma no es la discusión, la discusión debe iniciarse una vez se haya detenido ese proyecto, imaginémonos que la obra tiene todas sus licencias en regla y ya está totalmente terminada, igual las autoridades tienen que pasar a aplicar uno de los principios básicos de la restauración de un patrimonio, como es la liberación, liberar el monumento de todo lo que lo estorbe, y esto que se ve ahora allí le hacen falta 10 pisos y 3 torres más, eso va a ser insoportable a la vista y podrá costarnos el título de Patrimonio de la Humanidad, tal vez no, pero igual eso no puede seguir allí

Aquarella tiene que irse de los alrededores del Castillo, hay espacio en Cartagena para hacer 50 edificios como este donde les dé la gana. ¡Pero no allí!

Thinking

Si el edificio Ganem fue una puñalada en el corazón del Centro Histórico, Aquarella es una puñalada trapera en la espalda del Castillo de San Felipe, así que no espere un minuto más señor Alcalde, póngase los pantalones y detenga esa obra, no importa que hoy sea domingo, para luego es tarde, ya el lunes se empezarán a buscar los responsables, pero esta acción sentará un precedente durísimo a futuro porque si se deja que estos señores sigan adelante nos van a sangrar los ojos por el resto de nuestros días.

¡Un abrazo!

Alvaro Royo

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