El Caribe y sus bobales – Opinión de Juan Camilo Romero

Por Juan Camilo Romero (Especial para Revista Zetta).-  Álvaro Cepeda el intelectual barranquillero los llamó bobales. Bobos grandes tal vez. O irreductibles. O ignorantes de sus propias carencias. Eran ilustres, bien vestidos, de buena familia, simpáticos. Todo eso, pero bobos. O bobales.

De esta manera se refería Cepeda sobre la clase pudiente Barranquillera, que por muchos años tuvo injerencia en los asuntos públicos y privados de la ciudad, eran ellos quienes construyeron una burbuja en la cual vivían, la cual los mantenía aislados, de tal manera que no se dieron por enterados de la llegada de personajes provenientes de las riberas del rio magdalena y las sabanas del bolívar grande, que los terminaría relevando en posiciones de poder.

Los Bobales no creían en el crecimiento de Barranquilla, pensaban que esta debía estar construida de tal manera que solo los miembros de su estirpe, podían disfrutar de los beneficios de la incipiente metrópoli. Los años mostraron que los liderazgos fueron relevados y hoy día son los hijos de inmigrantes quienes tienen a la Puerta de Oro en el sitial en que se encuentra.

Pero, resulta que los Bobales, término arcaico del castellano, que incluso inspiró a Rafael Pombo para escribir Simón el bobito, han mutado en toda la región caribe. Los Bobales actuales tienen características singulares. Encontramos en el Caribe Colombiano, personajes que han recibido educación de calidad, han crecido en hogares donde fueron formados con principios y valores, tienen las capacidades para liderar procesos políticos y electorales, pero, se convierten en Bobales o idiotas útiles de quienes han pelechado del erario por años, cuando dejan de lado sus potencias, para servir de manera borrega a casas políticas que les imponen apoyar y defender a candidatos que el único mérito que tienen a su haber es ser hijos de su Papá y de su Mamá.

Esta situación que la podemos palpar desde el Golfo de Morrosquillo hasta Maicao, de Cartagena a Mompox, de La Paz a Cereté.

Gracias a los nuevos Bobales del Caribe, en nuestra región todavía hay poblaciones que viven en condición igual o peor a la que se vivía en el siglo XV. Nula prestación de servicios públicos, cáminos de herradura bajo la canícula, ineficientes servicios hospitalarios, educación de paupérrima calidad y cero políticas de mitigación a los efectos del calentamiento global.

La crisis administrativa de la Guajira, de Cartagena y de Santa Marta por mencionar algunos, sólo se resuelve eligiendo a los mejores hombres y mujeres, personas que tenga un mínimo de independencia y carácter para afrontar la dura tarea de la administración pública y así poder liderar procesos tendientes al mejoramiento de la calidad de vida de quienes habitan sus territorios.

Bien decía Armando Benedetti Jimeno, los Bobales Superviven o Supermueren, la mediocridad se ha adueñado de todas las instancias de nuestra región caribe, cabe resaltar que es el padre Armandito Benedetti, flamante Senador de la República, que primero fue Liberal, luego Uribista purasangre, después Santista rabioso y hoy día independiente, el vivo ejemplo de Bobal moderno.

La Región Caribe merece renovar su clase política y sus mandatarios, ojalá los Bobales modernos despierten, salgan de ese letargo siendo ellos mismos quienes lideren los procesos, que se acaben de una buena vez esas casas políticas anacrónicas que manejan el servicio público como si fuera un sistema dinástico y de linajes.

 

Adenda: El Departamento de Bolívar no puede darse el lujo de tener un Gobernador con las características del Presidente Ivan Duque.