“En la justicia colombiana les seguimos creyendo a los mentirosos”

El abogado Luis Gustavo Moreno Rivera presentó la tercera edición de su libro “El Falso testimonio” donde se refleja la existencia de un cartel de falsos testigos y, lo que es peor, un modus operandi de algunos funcionarios para promoverlo.

La maldición de un falso testigo puede recaer sobre cualquiera, sea un personaje público o ciudadano común.

Le pasó a un ciudadano común: Alberto Jubiz Hazbún. Alguien (¿DAS?) dijo que era el asesino de Luis Carlos Galán y lo encerraron cuatro años. Padeció un infierno hasta demostrar lo que debe demostrarse en Colombia, la inocencia. Poco pudo disfrutar los últimos años de su vida en libertad, falleció.

Le pasó a personas notorias: Gabriel Arango Bacci siendo almirante de la Armada Nacional fue puesto preso y procesado porque unas falsas pruebas lo ponían a acomodar rutas para el narcotráfico en San Andrés. La Corte Suprema de Justicia lo absolvió. Ahora tiene demandada a la Nación por cerca de $7 mil millones, el proceso está en el Consejo de Estado. El temor es la cercanía del gobierno de Santos con las altas cortes.

Le pasó a Sigifredo López. Después de vivir el horror del secuestro y salvarse de milagro de la matanza de sus compañeros Diputados del Valle a manos del terrorismo salvaje de las Farc, alguien dijo que lo vio planear dicho secuestro. Y lo pusieron preso. Tiempo después tuvo que demostrar su inocencia. El fiscal Montealegre, que tan discreto papel ha cumplido al frente de ese ente cuasi-presidencial, debió pedir perdón.

Le está pasando a muchas personas procesadas injustamente porque alguien se inventó haberlos visto o escuchado hacer algo tipificado en el Código Penal, como le pasa actualmente a la ex senadora Piedad Zuccardi, privada de la libertad hace dos años y con el drama de ser procesada y juzgada, en única instancia, por la Corte Suprema de Justicia.

Le pasó a la ex congresista Nancy Patricia Gutiérrez, que tuvo que pasar seis años investigada para que la Corte Suprema de Justicia le archivara un proceso por “parapolítica” en su contra y compulsara copias contra la ex congresista Rocío Arias y al ex paramilitar Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna (extraditado a Estados Unidos), por su presunta responsabilidad en el delito de falso testimonio. Esto último luego de encontrar que sus declaraciones en el proceso que enlodaba a Gutiérrez, eran inconsistentes.

 

Libro “El Falso testimonio”

El abogado Luis Gustavo Moreno Rivera presentó en Cartagena la tercera edición del libro “El falso testigo”, que contiene testimonios sobre este flagelo y una línea científica avalada por Colciencias por falso testimonio.

“Reflejamos no solo la existencia de un cartel de falsos testigos, sino un modus operandi por parte de algunos funcionarios del Estado para promover o propiciar el cartel de falsos testigos”, dijo en diálogo con Revista Zetta.

Según el académico, la línea de investigación logra documentar cómo a través de las personas que han padecido este mal, señalan a fiscales, funcionarios, auxiliares de la Justicia que hacen parte de corporaciones del más alto rango de la jurisdicción, que presionan a las personas para que rindan falsamente declaración sobre hechos sobre los que ellos no tienen conocimientos en procesos ajenos para obtener beneficios.

Y en el caso de no sucumbir ante la presión de obtener beneficios, los amenazan con vincularlos a futuras investigaciones, literalmente arrodillándolos para que se conviertan en falsos testigos.

En su concepto, hay que generar propuestas no solo para reformar y combatir este mal, sino para judicializar a los funcionarios, a los que presentan a los que utilizan a estos falsos testigos.

“Los falsos testigos aún no han sido procesados, no tienen las condenas que esperamos como ciudadanos, hay que ir detrás de ellos, pero también procesar a los empresarios del falso testimonio”.

Indica que hoy miramos con asombro como estos falsos testigos, a pesar de que ya son tenidos como falsos, tienen principio de oportunidad por colaboración, es decir, se les perdona la sentencia, se les excluye de sus penas, so pretexto de que sigan colaborando con la justicia.

“Federico Nietzsche decía que el problema no es que me mientas, el problema es que no volveré a creer en ti, y aquí en la justicia colombiana les seguimos creyendo a los mentirosos”.

El jurista explica que el cartel de los falsos testigos no solo afecta a personas importantes de alta visibilidad, sino a todos, a cualquier ciudadano, a personas del común, y la justicia debe ser para todos.

“Más si se quiere un proceso de paz sobre la base de la construcción de la verdad, esta no se va a construir como se espera toda vez que estas personas, como lo vemos en Justicia y Paz, después de muchos años siguen inventándose hechos, de los que no pueden documentar nada porque las personas están muertas, hay que ponerle un límite de tiempo a la verdad para contarla, porque la verdad con el paso del tiempo deja de ser verdad”.